En mas de 60 países, miles de cristianos perseguidos se han bautizado por las aguas de manera secreta para dar testimonio público de su fe en Jesús.
Los nuevos en la fe arriesgan sus vidas para cumplir su deseo de ser bautizados en las iglesias locales, con el apoyo de Open Doors Mission.
Por ejemplo, uno de los testimonios mas importantes es el de un refugiado norcoreano de nombre Bon-Hwa, quien esperó dos largos años para ser bautizado. Al sumergirse en las aguas de un país no identificado, la cristiana no pudo contener las lágrimas de alegría.
Para no arriesgarse a que Bon-Hwa fuera capturada y repatriada a Corea del Norte, su bautismo secreto tuvo lugar en una casa segura de Open Doors en un área remota.
Ella, el pastor y su líder de discipulado viajaron al sitio por separado, con una cuidadosa planificación.
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“En varias oportunidades, como en el caso de Bon-Hwa, solo se juntan tres personas; otras veces, un pequeño grupo está allí para presenciar estos hitos espirituales”, señaló al sitio Puertas Abiertas.
“Independientemente de las circunstancias, estos momentos santos se mezclan con una gran alegría y el conocimiento de que su decisión de vivir para Cristo probablemente significará que también sufrirán por Él”, subrayó
Bautismo bajo fuego del ejército birmano
En medio del golpe militar que ha asolado Myanmar, con el ejército bombardeando iglesias, miles de personas continúan aceptando a Jesús como su personal salvador y bautizándose en la clandestinidad.
Por otra parte, cerca de la Península Arábiga, en un país no revelado por razones de seguridad, donde la etapa del bautismo es extremadamente peligrosa, los residentes abandonaron el Islam y se bautizaron en secreto.
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En el sur de Filipinas , un grupo de 18 jóvenes también abandonaron el Islam para seguir a Jesús. Los filipinos fueron bautizados en el mar en un lugar remoto después de participar en el discipulado de una iglesia en casa.
“Hacer una declaración pública de su decisión de seguir a Jesús los fortalece ya que muchos regresan a familias y comunidades que no celebran su nueva fe”,concluyó Puertas Abiertas.
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