Cuando Preston Anderson, de 29 años, miembro de la megaiglesia Newlife en Washington, se unió a una empresa de servicios de ascensores como aprendiz, pensó que finalmente había encontrado una carrera prometedora, hasta que ocurrió un accidente.
Conforme al informe compartido por Asambleas de Dios, un contenedor de herramientas de acero que pesaba alrededor de 450 kilogramos rodó sobre su pie izquierdo y le provocó un desgarro en el tendón de la fascia plantar, huesos rotos y daños en los nervios.
“Mucho antes de mi lesión, sufría de depresión. Fue un montón de apegos, trabajos sin salida, sin propósito, baja autoestima, ruptura con mi novia y problemas familiares. El accidente empeoró mucho”, reveló Anderson.
La herida de Anderson no sanó bien y la fisioterapia no ayudó. Primero necesitaba muletas y luego un patinete de rodilla para caminar, perdió su trabajo. Los obstáculos burocráticos y legales bloquearon su reclamo de seguro, pronto reaparecieron la depresión y los pensamientos suicidas.
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A pesar de que Anderson encontró la salvación en Jesús cuando era joven, se desvió de la fe. Tenía problemas con el alcohol. Durante la primavera de 2018 y antes del accidente, Anderson se unió a un estudio bíblico semanal en la casa de un amigo, tratando de recuperar su compromiso espiritual pasado.
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