¿Como desprenderse del Viejo Hombre?

Muchas veces nos enfrentamos con situaciones difíciles, donde debemos controlar nuestras emociones, pues a veces queremos imponer nuestros deseos, creyendo que podemos saber lo que nos conviene, pero solo en realidad Dios nos conoce y nos da lo que en realidad necesitamos.

El enemigo siempre nos va a querer engañar, confundiéndonos con falsas emociones, con pensamientos y con coincidencias que nos hacen pensar que es la voluntad de Dios y caemos en sus trampas, eso sucede cuando no tenemos el discernimiento del Espíritu Santo, cuando basamos los sentimientos y decisiones en nuestros propios deseos y no en Dios.

Muchos jóvenes hoy en día les cuesta esperar en Dios, viven en un desespero por tener a alguien a su lado, cuando aun no son capaces de sostener una relación solida con Dios, entonces difícilmente la tendrá con una pareja, como lo dice la palabra

¨El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor ¨ 1 Juan 4:8 (Reina-Valera 1960). Y si no amamos y vivimos conforme al amor de Dios, difícilmente vamos a llegar a conocer el verdadero amor en una persona.

– Ad –

Es difícil comprender los planes que Dios tiene para nosotros.¨Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Jeremías 29:11 (Reina-Valera 1960). Siempre queremos vivir a nuestro modo, tomando decisiones según nuestra propia opinión, las cuales traen consecuencias en nuestras vidas y por eso frecuentemente andamos en desanimo y tristezas.

Somos nuevas criaturas en Cristo, no podemos llevar la misma vida que teníamos en el mundo, olvidemos de conseguir las cosas de la misma forma como lo hacíamos en nuestra antigua vida, ¨ En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Efesios 4:22-24 (Reina-Valera 1960).

Los deseos son anhelos que están en nuestro corazón, pues como no renovamos nuestros pensamientos, ni renunciamos a ellos, estos se anidan en nuestra mente, luego se convierten en actos y una vez llevados a cabo es que descubrimos que caímos en nuestra propia trampa engañándonos a nosotros mismos.

Debemos comenzar disponiendo nuestro corazón a buscar a Dios, que el Espíritu Santo sea nuestra guía, pues El nos dará el discernimiento, la revelación, la sabiduría e inteligencia, para controlar nuestras emociones, pensamientos y sentimientos. Antes de obedecer nuestros sentimientos y tomar decisiones apresuradas, consultémosle a Dios, y espere en El una respuesta o confirmación. Piensa muy bien y analiza si los deseos que tienes son productos de tu carnalidad o en realidad son anhelos que provienen de Dios.

¨No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.¨ Romanos 12:2

Busquemos hacer su voluntad cada día para agradar a Dios en todo tiempo. Dios los bendiga.

Fuente y todos los créditos al Autor: J. Terán

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